Mantener la ropa en buen estado no sólo contribuye a mejorar nuestra imagen personal, sino que además ayudará tanto a nuestro bolsillo como al medio ambiente. Hoy te contamos 5 consejos para facilitarte esta tarea.
1. Mantén la limpieza y el orden. Lo primero que debemos hacer es mantener nuestros armarios, cómodas y cajones limpios y en orden. Al menos dos veces al año (puedes aprovechar el cambio de ropa de temporada) vacíalos por completo y límpialos bien. Aleja a las polillas forrando estantes y cajones con papel y usando repelentes con aromas. Clasifica y ordena los armarios por tipos de prendas y nunca guardes ropa sucia en ellos.
2. Evita que la ropa se deforme. Usa las perchas más adecuadas para cada tipo de prenda: para faldas y pantalones utiliza perchas con pinzas; cuelga camisas y chaquetas en perchas adecuadas a su peso; y la ropa que se arruga menos como camisetas o jerséis, puedes guardarla doblada. Utiliza cestos o cajitas para la ropa interior y los accesorios pequeños y, si no te cabe toda la ropa en el armario, evalúa si ha llegado el momento de deshacerte de parte de ella: dona la que no te pongas y tira la que ya no esté para usar (o reutiliza la tela para trapos). Así evitarás que la ropa se arrugue o enmohezca, y te será más fácil mantener el orden.
3. No abuses de la lavadora y la plancha. Airea la ropa entre puestas y evalúa si realmente es necesario lavarla. Los lavados desgastan las telas y pueden decolorar y deshilachar las prendas. Para algunas, bastará con darles un buen cepillado con un cepillo para la ropa para conservar su aspecto limpio. Si tienen manchas pequeñas en zonas puntuales puedes usar algún producto especial como toallitas quitamanchas en lugar de lavarlas. Al lavar, escoge el programa más adecuado para cada prenda y prioriza los programas cortos y el lavado en frío: tanto tu ropa como tu cartera te lo agradecerán. Evita la secadora, tiende la ropa bien sacudida y estirada para evitar la plancha y, si tienes que planchar, no te pases con la temperatura.
4. Guarda la ropa que no es de temporada. Lleva a la tintorería las prendas que lo necesiten y lava la ropa antes de guardarla en maletas o cajas de tela (existen muchas soluciones en el mercado). Utiliza bolsas de vacío para prendas que abulten mucho como jerséis y bufandas, con productos antipolillas si son de lana, y rellena con papeles o bolsas las botas y zapatos para que no se deformen. Utiliza fundas de tela para trajes y abrigos para que transpiren e intenta no apelmazar mucho las prendas más delicadas.
5. Invierte en prendas de calidad. Escoge marcas que utilicen telas y materiales duraderos; aunque a priori pueda suponerte más gasto, a la larga te saldrá más rentable. La ropa buena es más fácil de cuidar, pero si no quieres ver muy perjudicado tu bolsillo, puedes aprovechar las temporadas de rebajas para hacerte con un buen fondo de armario. Además, consumir productos duraderos es más sostenible y el medio ambiente te lo agradecerá.
Y tú, ¿conoces más trucos para el cuidado de la ropa?
Semana Santa, Puente de Mayo, verano… ¡Las vacaciones ya están aquí! Ese momento tan esperado de inicio del viaje, en los que estamos tan felices y llenos de ilusión… pero en el que no nos libramos del momento agridulce de tener que hacer la maleta. Hoy te traemos 6 trucos para hacer la maleta de forma mucho más eficiente y que acarrear con ella no nos fastidie el tan esperado inicio de las vacaciones.
1. Lleva sólo lo imprescindible y minimiza al máximo los “por si acasos”. Durante los días previos, ve haciendo una lista de las cosas que vas a necesitar para que no se te olvide nada importante, consulta el tiempo en el lugar de destino uno o dos días antes de salir para llevar sólo la ropa más adecuada y prioriza las prendas neutras y looks que te valgan para distintos tipos de ocasiones. Infórmate bien de lo que te ofrece el alojamiento de destino y así evitarás llevar cosas que luego no vas a usar (secador de pelo, toallas, etc).
2. Escoge una maleta mediana en lugar de una grande, puesto que la tendencia natural es a llenarla por completo. Tendemos a pensar que la maleta no está terminada hasta que no está llena, por tanto, cuanto más grande sea la maleta, más cosas llevarás.
3. Dobla la ropa poco y bien. Cuanto más doblada o más arrugada vaya la ropa, más espacio ocupará; por tanto, intenta doblar las camisetas, faldas y pantalones una única vez, por la mitad, adaptando los dobleces al tamaño de la maleta. La ropa que no se arruga (camisetas de algodón, pijama, etc) puedes enrollarla para aprovechar los huecos.
4. Al hacer las capas de la maleta, comienza metiendo primero las cosas que menos ocupan, como pantalones y camisas, y por último, zapatos y complementos. Almacena los calcetines, la ropa interior o las cosas pequeñas dentro de los zapatos o en los huecos entre los objetos. Ahorra espacio llevando tus artículos de aseo en formato de viaje, de bolsillo o incluso en monodosis, en función de cuántos días vayas a estar fuera.
5. Si viajas en grupo, ponte de acuerdo con las otras personas por si podéis llevar cosas en común y no repetir (comida, cámara de fotos, revistas, juegos…).
6. Ojo con los souvenirs. Si te gusta adquirir recuerdos de tu viaje, deja algo de espacio en la maleta para estas cosas, especialmente si te gusta adquirir artículos grandes como ropa o comida.
Si sigues estos sencillos trucos, tu equipaje será mucho más ligero y eficiente 😊 Y vosotros, ¿con qué trucos ahorráis espacio en la maleta?
En los últimos 25 años, el consumo de cosméticos orientados al público masculino ha aumentado más de diez veces. En 1990, sólo el 4% de los hombres españoles consumía algún producto cosmético más allá de los relacionados con el afeitado, gel de ducha o champú. En la actualidad, más del 50% usa a diario cremas hidratantes, contorno de ojos, geles exfoliantes o productos para el cuidado de la barba. Hoy te contamos por qué se ha producido este cambio, cuáles son los productos preferidos de los hombres y cómo incorporar su uso a la rutina diaria.
Cambio en el canon de
belleza masculino
¿Por qué se ha producido este aumento tan significativo en
el consumo de cosméticos por parte de los hombres? Principalmente por dos
razones: la ruptura de las barreras de
género y el cambio en el canon de
belleza masculino. El prototipo de hombre masculino actual difiere mucho
del de hace 20 ó 30 años. En los años 90,
el ideal de belleza masculino eran los hombres
hipermusculados, rudos y fuertes, con actores como Bruce Willis o Sylvester
Stallone a la cabeza del prototipo de hombre.
Durante los primeros años del siglo XXI hubo una ruptura total con esta idea y surgió la figura del hombre metrosexual, con David Beckham a la cabeza, que cuidaba mucho su aspecto y empezaba a demandar tratamientos de belleza tradicionalmente femeninos: depilación, uso de cremas, masajes, etc.
Hoy en día se ha abierto paso un nuevo concepto de atractivo masculino. El hombre de 2019 es un hombre refinado, que se cuida y tiene en cuenta su apariencia pero de una forma mucho más natural, de aspecto elegante y saludable basado no sólo en la estética sino en el estilo de vida en conjunto. Ir al gimnasio pero no en exceso, comer saludable e incluso ser vegano, aunque sin dejar de disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Igualmente, ha irrumpido con mucha fuerza desde hace algunos años la tendencia hipster: hombres con barbas muy cuidadas, pelo largo o recogido en moños y estilismos de los años 70 se han hecho un hueco entre los ideales masculinos.
Los productos “for
men”
De esta forma, el mundo de la cosmética ha dejado de ser
exclusivo para las mujeres. El hombre actual ha incorporado a su rutina diaria
el uso de cosméticos especialmente diseñados
para él: serums, hidratantes, exfoliantes, productos específicos para el
cuidado de la barba, etc. Cada vez hay mayor demanda y el sector ha apostado
fuerte por los productos “for men”.
El número de empresas que lanzan productos especialmente
formulados para hombres va en aumento, pero ¿realmente hay diferentes necesidades entre mujeres y hombres? La
respuesta es sí. La piel del hombre
es muy distinta a la de la mujer: suele ser más gruesa y fuerte debido a la
testosterona, y tiene más tendencia a producir grasa después de la pubertad, lo
cual puede aumentar las probabilidades de sufrir acné durante más tiempo.
Además, los hombres tienen una mayor densidad de colágeno, algo que ayuda a su
piel a permanecer joven durante más tiempo.
Los productos estrella que usan los hombres son aquellos para reducir la fatiga de la piel y los efectos del rostro cansado, principalmente los geles limpiadores, contorno de ojos y cremas hidratantes, pero poco a poco van utilizando más productos específicos para el afeitado o cuidado de la barba, como las pomadas de fijación, o los productos anticaída para el cabello.
Ahora bien, también es muy importante que los hombres conozcan su tipo de piel para saber
cuáles son los productos más apropiados. Por ejemplo, para la piel muy grasa no
convienen las cremas súper hidratantes; o para aquellos que se afeitan a diario
y usan aftershaves con alcohol,
probablemente la piel se estará resecando mucho y habrá que nutrirla.
En cuanto a las preferencias específicas, los hombres buscan productos que no les dejen demasiada sensación grasa en la piel, que no estén demasiado perfumados y que sean de textura ligera. Esto lo saben los laboratorios y es otro de los motivos por los que crean productos específicos “for men”.
Cómo usar los
cosméticos masculinos
Cada vez hay mayor variedad de productos para hombres; por tanto, ya no hay excusa para comenzar a cuidarse la piel. Para aquellos que deseen iniciarse, no es recomendable empezar con un montón de productos de golpe, ya que de esta forma será difícil incorporarlo a la rutina y el cuidado de la piel se acabará convirtiendo en algo pesado y tedioso.
La mejor opción es empezar
poco a poco. Lo más sencillo es comenzar usando un limpiadorfacial para
retirar impurezas de la piel, más una crema
hidratante con protección solar; esta combinación será suficiente para
principiantes. Una vez incorporado el uso de estos productos a la rutina
diaria, se puede dar un segundo paso e introducir al ritual el contorno de ojos, y un tiempo después un
sérum para nutrir el rostro.
Para los que no han sucumbido a la moda de la barba, es el
momento de buscar un producto para el
afeitado que proteja la piel frente al rasurado frecuente, como las espumas
que suavizan y preparan la piel antes del afeitado y después la dejan limpia y
luminosa. Si la piel es especialmente sensible, existen bálsamos al aceite que aportan una protección extra.
También conviene tener a mano un hidratante corporal, especialmente en los meses de más frío y más calor, que es cuando más sufre la piel, y para no agobiarnos con tanto bote en la ducha, podemos optar por un gel-champú.
Finalmente, para los expertos y los más atrevidos, faltaría introducir el maquillaje, la gran asignatura pendiente de los hombres. El maquillaje ya no es exclusivo de las mujeres y cada vez existen más marcas que están sacando productos destinados al sector masculino: BB creams, bases, polvos compactos, bálsamos labiales… toda una gama de productos para mejorar el aspecto y sentirse bien con uno mismo. Pero ojo, hay que tener en cuenta que, salvo el maquillaje destinado al mundo del espectáculo, en el caso de los hombres se trata de buscar siempre la naturalidad.
En definitiva, vemos que en la actualidad, los hombres han comenzado a cuidarse tanto
o más que las mujeres y que esta tarea es cada vez más sencilla dada la
creciente oferta de productos “for men” por parte de la industria cosmética.
Y tú, ¿conocías esta corriente y toda esta gama de
productos? ¿Eres hombre y usas cosméticos a diario?
Si el otro día hablábamos de cómo organizar los menús semanales con la técnica del batch-cooking, hoy queremos incidir en lo importante que es mantener la casa en orden, ya que vivir en un entorno desordenado y caótico no sólo es incómodo, sino que afecta directamente a nuestro estado de ánimo y nuestra salud. Sigue leyendo y aprende las 5 claves para incorporar esta tarea a tu rutina de una forma sencilla.
Existen evidencias científicas de la relación entre el desorden en casa y la depresión, ya que la falta
de orden y armonía puede provocar una sensación de impotencia y fracaso, al elevar
los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Por otro lado, el desorden también
puede favorecer las alergias que
causan los ácaros, así como afecciones respiratorias por la acumulación de
polvo y suciedad.
Por tanto, mantener el hogar en orden es algo que va más allá de la estética, ya que influye directamente en nuestra salud al afectar a nuestro bienestar físico y emocional. Ordenar tu casa es un ejercicio espiritual contigo mismo y con tus cosas en el que también ordenas tus emociones.
Pero ¿qué debemos
hacer para mantener nuestra casa en orden?
Lo que debemos tratar de conseguir es liberar las estancias,
creando espacios limpios y despejados
que nos haga sentir bien. Para ello, debemos seguir estas pautas:
1. Deshazte de aquello que no necesitas. Hoy en día conseguir cosas es mucho más fácil y económico que para las generaciones anteriores; no hace falta tener una economía boyante para tener la casa llena de ropa, libros y objetos de todo tipo. Pero aún conservamos la filosofía de nuestros padres y abuelos de “todo sirve para algo” y “no se tira nada”, derivada de las épocas de carestía que vivieron ellos.
Pero nuestro modo de vida es distinto y ahora tenemos que ser capaces de deshacernos de todo aquello que no necesitamos o no nos haga felices. No hay por qué tirarlo, si está en buen estado, se puede donar, regalar o vender. Comienza poco a poco e intenta deshacerte de un objeto inútil al día; así acabarás creando una rutina y evitarás acumular objetos inservibles.
2. Utiliza la regla de “por uno que entra, otro que sale”. Cuando quieras comprar algo, evalúa primero si realmente lo necesitas y, en caso afirmativo, piensa a qué otro objeto que ya tienes está sustituyendo. Deshazte inmediatamente de ese que ya no necesitas y así evitarás tener cosas por duplicado.
3. Olvídate del “por si acaso”. Cuando estamos atados emocionalmente a un objeto que ya no usamos, tendemos a guardarlo “por si acaso” nos pudiera servir en un futuro. Hay que romper con esta tendencia: si llevas tiempo sin usarlo, ¿por qué lo vas a usar después? Objeto que no usamos, objeto que no debemos guardar (a no ser que tenga un altísimo valor, económico o emocional), pero ¿cuántas veces nos hemos encontrado en el fondo de un armario un objeto que no recordábamos tener? Al menos dos veces al año, haz una limpieza general en casa destinada a revisar todos los armarios y cajones para deshacerte de cosas que no uses.
4. Crea un hábito. Ser ordenado es algo que se puede aprender. No dejes las cosas para después: limpia, guarda, coloca en el momento. Hacer la cama, fregar la taza del desayuno, recoger la ropa que te has quitado, bajar la basura… Son tareas que requieren realmente muy poco tiempo: hazlas en el momento y así lograrás mantener la casa ordenada. Oblígate a actuar así y evitarás tener que darte un día la paliza a ordenar toda la casa.
5. Organiza por
categorías. Busca el espacio y el método de almacenaje más apropiado para
cada tipo de objeto y así te resultará más fácil encontrar las cosas. No apiles, ordena. Tampoco sigas a
rajatabla las guías o métodos de moda, encuentra
el sistema que te resulte más útil a ti y se adapte mejor a tus
necesidades.
Sabemos que a priori nos puede costar un poco acostumbrarnos a adquirir estos hábitos, pero si empezamos poco a poco y somos constantes, al cabo de no mucho tiempo lograremos hacer de nuestra casa el sitio idóneo para lograr nuestra tranquilidad.