4 consejos para mantener tus zapatos como nuevos

Se puede decir que los zapatos son los complementos que más dicen de nosotros. No sólo reflejan nuestro estilo de vida y personalidad, sino que pueden llegar a mostrar incluso nuestro estado de ánimo. Hoy te traemos 4 consejos para mantenerlos como nuevos desde el primer día.

1. Limpia tus zapatos a diario. El mejor truco para mantener nuestros zapatos como nuevos es limpiarlos cuando lleguemos a casa, especialmente en invierno y si se han manchado de lluvia o barro. Así evitarás que las manchas se resequen demasiado y dañen la piel.

Escoge el método que más se adecúe al material:

Para los zapatos de piel: utiliza betún del color adecuado (o incoloro) y saca brillo con una gamuza. De forma esporádica, aplica un poco de crema para nutrir la piel.

Para los zapatos de charol: un remedio casero es limpiarlos con leche tibia y secarlos bien con un trapo limpio.

Para los zapatos de ante, serraje o nobuk: para estos materiales delicados la mejor opción son los productos específicos para ellos, aunque existen algunos trucos caseros muy sencillos, desde  goma de borrar para quitar rozaduras en seco, cepillar con cepillos suaves, agua y amoniaco para manchas persistentes o incluso agua micelar para la suciedad general.

Para las zapatillas de tela: primero quita el polvo con un cepillo y a continuación vuelve a frotarlos con el cepillo humedecido con agua y jabón, a la que añadiremos un poco de bicarbonato. Déjalos secar a la sombra.

Para las deportivas: puedes limpiarlas con un trapo húmedo y, si la suela es blanca, un excelente truco para su limpieza es frotar con un cepillo y pasta de dientes, aclarando al final. Evita lavarlas en la lavadora.

No descuides estos consejos aunque estés de vacaciones o de viaje de trabajo; puedes llevar en tu maleta productos especiales en formato de bolsillo o incluso toallitas limpiazapatos que puedes encontrar en tiendas especializadas on-line.

2. Actúa contra el mal olor. Existen muchos trucos caseros para evitar el mal olor en nuestros zapatos: limpiarlos por dentro con un algodón humedecido con vinagre, o poner en el interior un poco de bicarbonato o incluso aceites esenciales.

3. Alterna las puestas. Los zapatos también necesitan “descansar”; si dejas pasar al menos un día entre una puesta y otra, el zapato podrá respirar y airearse. Si están muy húmedos, puedes secarlos con el secador de pelo en frío o meter papel de periódico dentro, que absorberá la humedad, o bolsitas de tela con granos de arroz si se han mojado mucho.

4. Cuidado con las deformaciones. Especialmente al guardarlos para los cambios de armario o para meterlos en la maleta, lo ideal es rellenarlos de bolas de papel de periódico, o de calcetines o ropa interior para aprovechar al máximo el espacio de la maleta. De esta forma no se aplastarán y evitaremos que la piel sufra. Guárdalos en bolsas de tela para que puedan transpirar y no se rocen, y si tienes espacio suficiente, intenta conservarlos en cajas para que no se amontonen. No hagas fuerza al quitártelos ni al ponértelos; abre bien los cordones o hebillas y, si lo necesitas, utiliza un calzador.

¡Si eres constante e incorporas estos hábitos a tu rutina, en poco tiempo notarás que tus zapatos lucen como nuevos durante más tiempo!

5 consejos para cuidar la ropa

Mantener la ropa en buen estado no sólo contribuye a mejorar nuestra imagen personal, sino que además ayudará tanto a nuestro bolsillo como al medio ambiente. Hoy te contamos 5 consejos para facilitarte esta tarea.

1. Mantén la limpieza y el orden. Lo primero que debemos hacer es mantener nuestros armarios, cómodas y cajones limpios y en orden. Al menos dos veces al año (puedes aprovechar el cambio de ropa de temporada) vacíalos por completo y límpialos bien. Aleja a las polillas forrando estantes y cajones con papel y usando repelentes con aromas. Clasifica y ordena los armarios por tipos de prendas y nunca guardes ropa sucia en ellos.

2. Evita que la ropa se deforme. Usa las perchas más adecuadas para cada tipo de prenda: para faldas y pantalones utiliza perchas con pinzas; cuelga camisas y chaquetas en perchas adecuadas a su peso; y la ropa que se arruga menos como camisetas o jerséis, puedes guardarla doblada. Utiliza cestos o cajitas para la ropa interior y los accesorios pequeños y, si no te cabe toda la ropa en el armario, evalúa si ha llegado el momento de deshacerte de parte de ella: dona la que no te pongas y tira la que ya no esté para usar (o reutiliza la tela para trapos). Así evitarás que la ropa se arrugue o enmohezca, y te será más fácil mantener el orden.

3. No abuses de la lavadora y la plancha. Airea la ropa entre puestas y evalúa si realmente es necesario lavarla. Los lavados desgastan las telas y pueden decolorar y deshilachar las prendas. Para algunas, bastará con darles un buen cepillado con un cepillo para la ropa para conservar su aspecto limpio. Si tienen manchas pequeñas en zonas puntuales puedes usar algún producto especial como toallitas quitamanchas en lugar de lavarlas. Al lavar, escoge el programa más adecuado para cada prenda y prioriza los programas cortos y el lavado en frío: tanto tu ropa como tu cartera te lo agradecerán. Evita la secadora, tiende la ropa bien sacudida y estirada para evitar la plancha y, si tienes que planchar, no te pases con la temperatura.

4. Guarda la ropa que no es de temporada. Lleva a la tintorería las prendas que lo necesiten y lava la ropa antes de guardarla en maletas o cajas de tela (existen muchas soluciones en el mercado). Utiliza bolsas de vacío para prendas que abulten mucho como jerséis y bufandas, con productos antipolillas si son de lana, y rellena con papeles o bolsas las botas y zapatos para que no se deformen. Utiliza fundas de tela para trajes y abrigos para que transpiren e intenta no apelmazar mucho las prendas más delicadas.

5. Invierte en prendas de calidad. Escoge marcas que utilicen telas y materiales duraderos; aunque a priori pueda suponerte más gasto, a la larga te saldrá más rentable. La ropa buena es más fácil de cuidar, pero si no quieres ver muy perjudicado tu bolsillo, puedes aprovechar las temporadas de rebajas para hacerte con un buen fondo de armario. Además, consumir productos duraderos es más sostenible y el medio ambiente te lo agradecerá.

Y tú, ¿conoces más trucos para el cuidado de la ropa?