Conocida como “el prodigio de la naturaleza”, el aloe vera se ha usado desde tiempos inmemorables como remedio cicatrizante, analgésico y depurativo. Hoy desgranamos las propiedades de esta maravillosa planta que no puede faltar en nuestro hogar.
Qué es el aloe vera
La palabra “Aloe” procede del árabe “Alloeh” (amargo), y la palabra “Vera” del latín “Verum” (verdadera). El nombre hace referencia al sabor amargo de su jugo y al hecho de que esta especie se considera la auténtica, la verdadera con respecto a otros tipos de aloes.
El aloe vera o sábila es una planta suculenta, es decir, un tipo de planta que ha modificado alguna de sus partes para permitir el almacenamiento de agua en grandes cantidades. De este modo, son capaces de conservar agua durante periodos prolongados y sobrevivir en ambientes áridos y secos, que resultarían inhabitables para otras especies.
Originario de África, podemos encontrar el aloe vera también en América Central y el sur de Europa, preferiblemente en zonas cálidas y secas, aunque hoy en día se cultiva en todo el mundo dado su extendido uso como planta decorativa, para usos medicinales, en cosmética e incluso para alimentación.
Cómo se obtiene el aloe vera
Las hojas pueden recolectarse cada 6 meses. Se deben retirar únicamente unas 2 ó 3 hojas por planta y deben ser cortadas por la base, cerca del tallo. Una vez recolectadas, deben ser lavadas y fileteadas. La epidermis debe eliminarse, ya que contiene aloína, una sustancia que, en función de la dosis, puede resultar tóxica.
De la planta de aloe vera se obtienen dos productos:
– El acíbar de aloe o zumo, un látex amargo y amarillento que se encuentra justo debajo de la piel de las hojas. Se obtiene dejando fluir el líquido que sale de las hojas cortadas transversalmente en un recipiente. Tiene un olor muy característico y fuerte. Es una sustancia laxante y utilizado puro sobre la piel puede causar irritación, por tanto, no debe confundirse con el gel.
– El gel de aloe, que está situado en el centro de las hojas. Es de aspecto brillante y transparente, parecido a una gelatina, y es de sabor amargo. Debe eliminarse la piel para evitar la oxidación, que le daría un color oscuro; y para conservarlo en buenas condiciones debe estabilizarse el material recién obtenido y preservarlo de la contaminación bacteriana y fúngica. Es la parte que se usa para tratamiento de la piel y no tiene efecto laxante ni irritante digestivo.
Estas dos sustancias permiten tratar muchos problemas de salud. Hoy en día la obtención del gel se realiza industrialmente, y podemos encontrarlo líquido o en forma de suplemento, de venta en farmacias y tiendas de medicina natural. En ocasiones, lo encontraremos también en polvo (con sus variantes en forma de extracto, cápsulas, comprimidos, cremas, ungüentos o jugo) resultado de la liofilización de las hojas de aloe previamente cortadas.
Propiedades del aloe vera
Las propiedades del aloe vera ya eran muy conocidas en la Antigüedad. El dato más antiguo del que se tiene constancia es la mención en una tablilla sumeria del siglo XXI a.C., y también aparece dibujado en las paredes de algunos templos egipcios desde el IV milenio a.C. Cleopatra lo usaba en sus famosos baños de leche, los romanos lo utilizaban como cicatrizante para las heridas después de las batallas y los mayas lo empleaban como remedio contra el dolor de cabeza. Incluso, aparece mencionado en el Kama Sutra por sus propiedades afrodisiacas.
El aloe vera es una planta especialmente efectiva para las afecciones de la piel. Los beneficios que le aporta son conocidos en todo el mundo, razón por la cual se usa cada vez más en cosmética. La mayoría de los fabricantes obtienen y purifican sus extractos evitando las sustancias más irritantes. También podemos utilizarla en casa extrayendo el gel del interior de las hojas, pero al no poder separar sus componentes y contener algunos que pueden resultar irritantes o provocar alergias, debemos usarlo con cierta precaución.
Esta planta tiene grandes propiedades muy beneficiosas para la piel:
– Depurativa y laxante, con lo que nos ayuda a eliminar toxinas.
– Antiinflamatoria y analgésica, reduciendo la hinchazón, el picor y el dolor.
– Antibacteriana y cicatrizante, resultando muy útil para heridas y quemaduras.
– Antioxidante y antienvejecimiento, por su combinación de minerales, vitaminas y enzimas.
Usos del aloe vera
Podemos aplicar el gel del interior de las hojas directamente sobre la piel, recién extraído en casa, o bien usar cosméticos con alto contenido de aloe vera, más seguros por su elaboración controlada. También podemos consumir su zumo, solo o mezclado con otros, cuyos beneficios abordaremos más adelante en otro post.
También conviene tener cierta precaución con el aloe vera y utilizarse únicamente para afecciones menores de la piel, es decir, aquellas heridas, cortes, quemaduras, etc, que no presentan mucha gravedad. Estudios recientes demuestran que si se aplica sobre heridas profundas pueden agravarlas.
En general, el aloe vera se utiliza para tratar:
– Quemaduras menores producidas por radiaciones, el sol, agua caliente, aceite, etc., ya que el aloe vera es refrescante y calmante del dolor, y puede utilizarse también como protector solar.
– Lesiones menores de la piel, como cortes, rozaduras, heridas, hematomas, llagas, úlceras e incluso algunos casos de dermatitis, por su poder como regenerador celular.
– Psoriasis, contra la que resulta muy efectivo aplicándose durante unos 30 días, ya que ayuda a disminuir el picor y las placas de la piel.
– Herpes, puesto que el aloe ayuda a que las heridas no se infecten y alivia la zona afectada, disminuyendo el dolor, la quemazón y el picor.
– Orzuelos, constituyendo una de las mejores opciones para tratarlos.
– Anginas o amigdalitis, haciendo gargarismos con el gel de la planta diluido en agua.
– Picaduras de insectos, siendo quizá su uso más conocido.
– Gingivitis, llagas u otras afecciones de la boca, puesto que el jugo de la planta posee un valor tonificante y astringente.
Aloe vera en cosmética
El aloe vera se utiliza ampliamente en cosmética por sus propiedades astringentes, antiinflamatorias, bactericidas e hidratantes, que lo convierten en un producto muy adecuado para el cuidado y la salud de la piel.
El gel de aloe vera mezclado con una pequeña cantidad de acíbar se puede utilizar para tratar el acné, dada su función astringente y antiséptica, que seca la piel y evita el crecimiento de bacterias infecciosas, al igual que elimina el brillo en las pieles grasas.
También resulta muy beneficioso, el gel solo o mezclado con aceite de caléndula, para aplicar sobre la piel tras la depilación, gracias a su poder calmante.
El zumo de aloe vera diluido en agua se puede utilizar después del champú para enjuagar el cabello, proporcionándole vigor y ayudando a su crecimiento, e incluso a la prevención de la calvicie. Por sus propiedades astringentes, resulta muy adecuado para su uso en cabellos grasos.
El aloe vera se recomienda también en el cuidado de las uñas, mezclando un poco de gel de aloe con crema hidratante de manos. Incluso algunos especialistas utilizan unas gotas de acíbar mezclado con el gel para tratar los hongos de las uñas.
En definitiva, vemos que las propiedades del aloe vera son extensísimas y que posee multitud de efectos beneficiosos para el cuidado personal. Más adelante abordaremos sus propiedades nutritivas, ¡no te lo pierdas!
Y tú, ¿conocías todas estas cualidades del aloe vera? ¿Recuerdas alguna otra que no hayamos mencionado? ¡Déjanos un comentario!
Fuentes: Botanical Online, Buena Vida, Mejor con Salud, Wikipedia.