La piel del rostro es una de las zonas más delicadas de nuestro cuerpo y está siempre expuesta a todo tipo de agentes dañinos: el clima, la contaminación, los cambios de temperatura… Además, la cara es el reflejo de nuestro estado de ánimo, nuestra edad (interior) y nuestra salud, y no sólo es lo que todo el mundo ve sino que es lo que nos da nuestra propia autoconciencia.
Por eso es fundamental seguir una adecuada rutina para su cuidado, no sólo en verano sino también en invierno, ya que el frío intenso y las calefacciones pueden hacer que nuestra piel llegue a sufrir más incluso que durante el buen tiempo.
Aunque el invierno ya está llegando a su fin, aún nos quedan varias temporadas de frío intenso por delante, así que hoy te traemos 5 consejos para que la piel de tu rostro no sufra durante los meses más fríos del año.
1. El primer paso es conocer qué tipo de piel tenemos para utilizar los productos más adecuados para su cuidado: seca, grasa, mixta, sensible… Un buen truco para averiguarlo es limpiarte bien la cara y acostarte sin aplicar ningún producto cosmético; en función de cómo esté tu piel al levantarte (reseca, grasienta o normal), se corresponderá con tu tipo de piel. Pero si tienes dudas lo mejor es que consultes a tu dermatólogo.
2. Ten cuidado con el sol, ya que aunque los días sean más cortos o esté nublado, nos siguen llegando los rayos UV. Por tanto, utiliza cremas de protección solar especiales para la cara, de acuerdo a tu tipo de piel, aunque vayas a usar maquillaje.
3. Mantén una rutina diaria de cuidado facial, aunque estés fuera de casa, por trabajo o de vacaciones, no hay excusa. Al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche, límpiate la cara con un limpiador suave como el agua micelar, para eliminar las impurezas de forma rápida y eficaz. A continuación, hidrata tu rostro de forma adecuada con la crema que más se adecúe a tu tipo de piel; por el día, utiliza preferiblemente una crema con factor de protección solar, y por la noche, una de tratamiento. También puedes utilizar un sérum facial que ayude a retrasar los signos del envejecimiento.
4. Una vez a la semana utiliza un exfoliante para limpiar tu cara de manera más profunda, siempre y cuando no tengas ningún brote de acné, irritación o cualquier otro problema; y cuando tu piel lo necesite, aplícate alguna mascarilla: relajante, iluminadora, hidratante, purificante… Escoge la que más se adecúe al momento concreto o a las necesidades de tu piel.
5. Come sano y aléjate del estrés. La mejor manera de tener un aspecto saludable, incluyendo la juventud y luminosidad de nuestra piel, es cuidarnos también por dentro. Incluye en tu dieta alimentos que favorezcan el cuidado de la piel: frutos secos, aguacate, cítricos y pepino, entre otros, e intenta practicar a menudo alguna actividad que te relaje como el yoga, la meditación o incluso labores manuales como la pintura, el bricolaje o el punto.
Si eres constante e incorporas estos consejos a tu día a día, no tardarás en notar una mejora en tu aspecto.
Y vosotras, ¿tenéis algún otro consejo o truco para cuidar la piel en invierno?